Hace algunos años comprendí que uno de mis propósitos en la vida es co-crear como agente de cambio y célula del universo, una evolución en el comportamiento culturalmente aprendido de desunión femenina.
Inspirada por las musas de todos los tiempos, las mujeres, comprendí que como en cualquier sistema vivo es fundamental la unión de género para garantizar la fuerza e influencia de nuestro papel en este juego cósmico.
Dentro de esta visión que alguna vez soñé, vi como un grupo de mujeres unidas es algo tan poderoso que puede llegar a cambiar el destino de la raza humana.
Tengo la firme creencia de que los hombres que están al poder han sabido de este gran poder y nos han querido borrar esa memoria de la cabeza, pues un mundo donde las mujeres tuvieran más influencia con seguridad sería un mundo más armonioso. La competencia entre el género femenino pareciera ser un vírus mental implantado para que no reconozcamos lo que es evidente, la unión hace la fuerza mis hermanas…
Hace algunos días, mientras compartía una enriquecedora conversación con tres de mis hermanas mujeres, les comentaba sobre mi inquietud y a su vez les preguntaba nuevamente, que tipo de compromisos serían necesarios para la unión real de nuestro género. Estos compromisos sería creados por y para mujeres, no como unas leyes, sino buscando expresar nuestra energía femenina desde su naturaleza amorosa, cíclica y caótica (como cuando la luna desaparece en su fase nueva). Fue en medio de esta conversación que surgió el primer compromiso.
El primer compromiso creado; fue el de ser auténticas, verdaderas. Es un compromiso con nosotras mismas de solo reír cuando sintamos reír, hablar cuando sintamos hablar, sin mostrar disposición a entes externos (Pareja, familia, etc) si no lo sentimos o estamos en una etapa de introspección. Respetando nuestras emociones y ciclos. Abrazando nuestras decisiones, para abrazar y respetar las decisiones de las demás, por muy diferentes que sean a las nuestras.
Dentro de esos acuerdos, también pienso que es importante definir un respeto claro por los compañeros, novios y esposos de otras mujeres. Sin importar que estas sean o no, nuestras amigas.
Por último, pero no menos importante está el evitar hacer cualquier tipo de comentario negativo de otra mujer, pues al desvalorizar a una mujer con tus palabras, estas desvalorizando el género por si.
Amad@ lector@ si te sientes inspirado por favor escríbeme y haz parte de el cambio y la unión que nos hará fuertes.
Nos amo!
Las Crónicas de Koriwara 